Tan perfecta es la correspondencia entre nuestra ciudad y el cielo que cada cambio que ocurre en Parque Patricios comporta alguna novedad entre las estrellas. Los astrónomos escrutan con los telescopios después de cada edición del Club de Algo y señalan la explosión de una nova, la expansión de una nebulosa o la curva de una vuelta de la espiral de la Vía Láctea.
El cielo vuelve a alterarse con la proyección de Todas las estrellas están muertas de Rodrigo Melendez Aquino y Gonzalo Moiguer. Grabada en formato vertical (9:16), la ficción sigue a un grupo de aspirantes a estrellas que decide aislarse voluntariamente para ensayar sin descanso y, en sus fugaces salidas, usurpar la identidad de otras personas. Como siempre, esto estará sucedido de algo.